jueves, 1 de junio de 2017

MODULAR K4

Durante el segundo cuatrimestre hemos trabajado el modular K4, “La diversidad en la escuela”. En el hemos tenido que proponer una serie de soluciones tanto a largo como a corto plazo a partir del análisis de un caso. En concreto para la asignatura de TIC hemos creado un video en el que reflejamos brevemente una situación de acoso escolar. 

Las asignaturas que han participado en el modular K4 son las siguientes:
  • Organización del Centro Educativo
  • TIC en la Educación Primaria
  • Bases de la Escuela Inclusiva
  • Dificultades en el Desarrollo y en el Aprendizaje
  • Fundamentos de la Didáctica de la Lengua para Educación Primaria en Contextos Multilingües

A continuación encontraréis el vídeo que hemos creado y el caso en el que nos hemos basado nuestro trabajo. ¡Disfrutad!



EL CASO DE MARÍA
Este relato tiene como protagonista a una niña de 4º curso de Educación Primaria de 11 años que vamos a identificar con el nombre de María a lo largo de esta historia. Esta niña estudia en un centro concertado, religioso y de iniciativa social, situado en el centro de la ciudad de Vitoria-Gasteiz.

El primer contacto que nuestra compañera tuvo con María, estuvo marcado por una falta de interés por su parte. A diferencia de los otros niños y niñas que estaban entusiasmados con su presencia, esta joven alumna apenas intercambiaba algunas palabras con ella y tan solo cuando esta empezaba la conversación.

Durante el tercer día de prácticas, presenció durante la hora de educación física un caso de violencia contra ella. Uno de sus compañeros le empujó cuando subían las escaleras, estando a punto de tirar a la menuda niña al suelo.

Pudo sujetarle, pero, cuando quiso hablar con el niño, este se había marchado corriendo y al no verle directamente ni conocer bien al alumnado no logró identificarle. Intentó que María le dijese quién le había empujado, pero no consiguió que le contase nada. Registró un constante encogimiento de hombros como respuesta a todas sus preguntas. Quiso saber si le había sucedido algo parecido anteriormente, si la tutora o algún familiar sabía lo que estaba pasando, etc.

Al no conseguir que le dijera nada, contactó directamente con la tutora, vamos a llamarla Ana, para informarle de lo que había observado. En cuanto mencionó la situación a Ana, ella le pidió que estuviese especialmente atenta durante los momentos en los cuales no había presencia del profesorado, ya que ella sospechaba que estaba desarrollándose una situación de bullying contra María.

Acto seguido le explicó que los problemas familiares de la niña habían condicionado mucho sus relaciones sociales. María había pasado la mitad de su infancia con una familia que la maltrataba físicamente. Cuando los padres perdieron la custodia de su hija, María fue acogida por otra familia. Esto había sucedido hacía seis años. Actualmente estaba con una familia que la cuidaba y que procuraba apoyarla para que, pese al sufrimiento que había vivido, pudiera llevar una vida lo más digna posible.

Sin embargo, acostumbrada a ser golpeada y a no responder en consecuencia, a no alimentarse correctamente, a no relacionarse con gente de su edad y a no expresar nunca sus sentimientos, la integración está siendo complicada. Tiende a relacionarse a través de los gritos, muestra ciertas dificultades de concentración y atención, se comporta de manera egoísta, no comprende el concepto de espacio personal, y es blanco de todos los desahogos de los de la clase, ya que la reacción de María es mínima ante el sufrimiento.

Sus compañeros y compañeras no son conscientes de la dura situación de su compañera y la someten a constantes burlas y agresiones tanto físicas como verbales.

Para comprender mejor la situación hay que entender cómo está compuesto el grupo. Es un grupo mixto formado por 14 chicas y 11 chicos. Existen, como es natural, diferentes realidades familiares (familias nucleares y no nucleares). Los lugares de nacimiento son variados así como las realidades culturales. Por otro lado, todos los alumnos y alumnas tienen residencia en Vitoria-Gasteiz o en pueblos colindantes.

Parece una situación complicada, pero Ana ha empezado a tomar medidas desde principio de curso y ha ido incorporando nuevas dinámicas desde que nuestra compañera informó de la agresión. Actualmente, después de cada recreo la tutora realiza un teatro en el cual representa un problema de la clase. Tiende a elegir como víctimas a los agresores y destaca el rol de los observadores preguntándoles qué es lo que haría al ver esa situación. Profundiza en los sentimientos que pueden tener las víctimas para que los agresores se pongan en la piel de los agredidos y desarrollen la empatía. Además, en cada tutoría se hace un análisis de los conflictos que se han dado a lo largo de la semana.

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